El Atlético de Madrid recurrirá ante el Comité de Apelación de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la clausura parcial del Cívitas Metropolitano en los dos próximos partidos de LaLiga EA Sports, ante Celta y Osasuna, por el insulto racista a Nico Williams en el encuentro del pasado sábado ante el Athletic, según informaron a EFE fuentes del club, que expresaron que la entidad ha hecho todo lo posible para prevenir este tipo de actos.
Este martes, el Comité de Disciplina de la RFEF impuso esa sanción a la entidad madrileña, aparte de una multa de 20.000 euros por conductas violentas, racistas, xenófobas e intolerantes, y lo instó a identificar antes de las 12:00 horas del próximo viernes “la estructura de las gradas del recinto para determinar la zona del estadio objeto de cierre que, según el acta arbitral, afectaría al sector situado en la grada fondo sur del campo”.
El Atlético, según explicaron a EFE fuentes del club, tiene un plazo de diez días para presentar su recurso ante Apelación. El siguiente encuentro del conjunto madrileño en su estadio, el primero al que afectaría la clausura parcial del campo en el fondo sur, es dentro de doce días, el 12 de mayo contra el Celta.
El otro partido bajo este castigo es ante Osasuna, en la penúltima jornada, el 18 o 19 de mayo, aún por determinar.
El Atlético está convencido de que, por parte del club, se ha hecho todo lo posible para prevenir actos de este tipo en su estadio; recordó que se emitió un mensaje por megafonía contra esas conductas en el partido del pasado sábado contra el Athletic, cuando “se escuchó desde la grada fondo sur un sonido imitando a un mono ‘UH UH'” en el momento que Nico Williams iba a lanzar un córner; y que la entidad condenó este comportamiento racista tanto al descanso como al final del encuentro.
Además, el club madrileño expuso que ha colaborado desde el primer instante con la Policía, poniendo todos los medios a disposición en el estadio, como las imágenes, para la rápida identificación del aficionado que profirió ese insulto a Nico Williams.
También insistió en que, en cuanto las fuerzas de seguridad le comuniquen su identidad, ese seguidor, si es socio o abonado de la entidad, será suspendido de tal condición de forma cautelar e indefinida hasta que haya una resolución judicial y, si es considerado culpable, la suspensión sería ya de forma permanente.
Asimismo, el Atlético entiende que, con este cierre parcial del estadio, la acción de un solo individuo supone un castigo para miles de aficionados.
Igualmente, expresó su sorpresa por la forma de la comunicación de la sanción, porque no es el procedimiento habitual que la clausura de un estadio vaya incluida dentro de las mismas resoluciones que las amonestaciones o expulsiones de jugadores, sino que se abra un expediente disciplinario en el que el club tenga la capacidad de presentar alegaciones.
En el acta del duelo Atlético-Athletic del pasado sábado, el árbitro del encuentro, José Luis Martínez Munuera, reflejó que, “en el minuto 36 de partido aproximadamente, cuando el juego se debía reanudar con saque de esquina a favor del Athletic Club, se escuchó desde la grada fondo sur un sonido imitando a un mono ‘UH, UH’, siendo escuchado por el árbitro asistente número uno, al mismo tiempo que el dorsal número 11 del Athletic Club, Nico Williams”.
“En ese preciso instante se activó el protocolo contra el racismo, indicando al delegado del Atlético de Madrid que el partido no podía ser reanudado hasta que se comunicara por megafonía que dichas actitudes debían cesar y que, en caso de repetirse, deberíamos parar nuevamente, pero esta vez entrando todos a vestuarios. Un minuto después se anunció por megafonía, reanudándose el encuentro de nuevo”, agregó el colegiado en el acta.